¿Qué reputación tienes en la red?

Hace años, cuando mi abuela aun vivía era común que me pregunte: “Cris, y tu amigo hijito de quién es? Y ahí empezaba la lista de referencias familiares de tíos, primos, amigos y hasta vecinos, que este pobre amigo debía recitar; porque por su mala suerte, se le ocurrió visitarme el mismo día que mi abuela estaba en casa.

Recordar esto me hizo pensar en estos tiempos y cómo las “mañas” no han cambiado del todo. Ahora lo que hacemos es: “Cómo se llama ese que te gusta? Googleemosle! Y hacemos ese mismo recorrido: hijo de quién es, cuáles son sus amigos, etc, etc…

Pero resulta que a diferencia de antes, ahora no es solo lo que tu, yo o ese aspirante a novio podíamos contar de nuestras vidas; sino lo que la red puede decir de nosotros. Lo mismo ocurre con esa nueva película o último modelo de IPhone® que salió. Ya no debemos esperar a que un conocido nos cuente que tal esta, ahora entramos al Google® y leemos los miles de comentarios en el mundo. Significa esto que nuestra reputación o buen nombre (como decía mi abuela) ya no esta en nuestras manos?

Hoy en día las empresas y personajes públicos contratan el marketing digital para que su marca este en los primeros lugares o para que un candidato o artista tenga la mejor reputación de todos. Este nuevo nicho de mercado, en auge y bastante lucrativo, tiene hoy en día una nueva área de trabajo. Pero la tarea, no es solo posicionar bien al cliente que paga sus cuentas, parte de las estrategias usadas es posicionar mal la marca competidora o al político opositor.

Estas acciones de contra propaganda no son nuevas pero si han tomado fuerza, hay marcas que elaboran productos frontales, parte de una competencia mutua, declarada y asumida por las empresas, como por ejemplo:

Y hay otro tipo de contra propaganda, que sin dejar de ser frontal, no viene con firma y sello de autor:

A esta estrategia publicitaria, se suma el generar en la red una serie de comentarios negativos sobre el otro a través de cuentas reales y también de las llamadas cuentas troll. Estas cuentas, que escondidas detrás de un avatar pueden agredir, ofender y difamar con total impunidad y sin derecho a otra réplica, que no sea la “guerra de trolls”.

Pero que ocurre con nosotros, los simples mortales que no pagamos a nadie para que publicite en positivo nuestros nombres y combata a quienes hablan mal? Cómo podemos controlarlo? La respuesta es simple, no hay como.

Recientemente se ha debatido sobre el “Derecho al Olvido”, debido a la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que obliga a Google a ofrecer a los ciudadanos una vía para poder reclamar este derecho. Significa que si al buscar tu nombre los resultados obtenidos atentan contra tu honra o perjudican tu imagen, tu puedes pedir a Google que esa noticia no aparezca en el buscador.

Finalmente, aún con esta nueva herramienta y luego de investigar como mantener tu “buen nombre” en la red; la conclusión resultó ser más fácil y a la mano. Hay que hacer lo mismo que hacíamos cuando mi abuela hacia su pregunta habitual, debemos contar nosotros mismos quiénes somos, qué hacemos y qué queremos, pero en la red. De esta manera serán muchas más las cosas que nosotros mismos publiquemos y controlamos, que aquellas que otros ponen de nosotros.